martes, 27 de noviembre de 2012

COMUNICADO DE PRENSA

Comunicado de prensa de la agrupación denominada "Hijos y Nietos de Presos Políticos" Queremos dejar aclarado que esta agrupación, que nuclea a hijos y nietos de presos de quienes son imputados por delitos de lesa humanidad, no pretende, en lo más mínimo, tergiversar ni desinformar. Pretendemos mostrarle a la sociedad la realidad en la cual nos encontramos inmersos. Respetamos absolutamente el dolor de las víctimas, como así también el de sus familiares. De la misma forma, entendemos que nuestro dolor tampoco puede ser subestimado. Comprendemos todos los años invertidos en la búsqueda de la verdad y el dolor que ello les ha generado. Sin embargo, esa razón no puede ser imputada como causal de persecución penal sin límite alguno. Se insiste en el uso que esta agrupación hace del término "presos políticos". Nuestros familiares, hoy, SON PRESOS POLITICOS. Usamos esa expresión porque estos detenidos reciben un trato diferencial, y hasta muchas veces discriminatorio, con respecto a cualquier otro detenido. A los mayores de 70 años se les debe otorgar, por ley, arresto domiciliario, para no comprometer su salud. Insistimos en que el principio de inocencia no es respetado. Se es culpable desde el inicio de las causas. Se acusa y se decretan prisiones preventivas excediendo los dos años que marca el debido proceso, y hasta el límite del tercer año excepcional, sin tener pruebas de riesgo de fuga o de interferir con la investigación. Se juzga y se condena por el mero hecho de haber estado en un lugar y tiempo determinado y, en muchos casos, sin ni siquiera haber estado. Se rechazan sistemáticamente todas las presentaciones de las defensas. Muchos hijos han sido despedidos de sus trabajos por “portación de apellido”. Muchos de los militares en actividad son dados de baja por visitar a los que están detenidos. La reapertura de estas causas ha sido una decisión política, violando incluso la Constitución y los tratados internacionales para hacerlo. A su vez, ratificamos que son presos políticos desde el momento en que el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Luis Lorenzetti, afirma que la prosecución de estos juicios son una política de Estado, en los cuales no hay vuelta atrás, demostrando la interferencia de los demás poderes con el Poder Judicial. Además, las afirmaciones de este magistrado, implican un claro prejuzgamiento, teniendo en cuenta que en su tribunal es en la instancia en la cual quedarán firmes las condenas que se dicten en estos juicios. Por otra parte, los derechos de los imputados, en cualquier causa penal, no se agotan en que el Estado brinde un abogado defensor. A su vez, tampoco habría que agradecerlo. No es un privilegio. Es lo que corresponde. Los imputados también deben estar amparados por los Derechos Humanos, como cualquier ciudadano del país. La justicia que se reclama es un ideal muy elevado. ¿Qué es lo justo? Seguramente, lo que es justo para alguno de nosotros, sea injusto para el otro. Lo que sí debemos exigir es LEGALIDAD. Confiamos en que ese principio, que tanto le ha costado a la historia, sea la base y la motivación que guíe a los Señores Jueces del Tribunal Oral Federal de Tucumán para llevar adelante este sexto juicio en la provincia y sirva, y sirvan ellos de ejemplo como magistrados, al resto de los tribunales federales del país. Con lo que manifestamos, no queremos decir que estamos negando estos procesos o que pretendemos que no se realicen. Queremos que estos juicios sean un ejemplo de como las cosas pueden hacerse bien. Que la historia, triste historia, no sea el único fundamento de la sentencia de nuestros padres. El pasado no lo podemos modificar. Intentemos un mejor hoy para forjar un futuro donde nosotros no tengamos que pertenecer a bandos antagónicos que lo único que genera es profundizar heridas del pasado, donde podamos confiar en las instituciones de un Estado profundamente democrático y verdaderamente igualitario. San Miguel de Tucumán, 23 de noviembre de 2012

domingo, 16 de septiembre de 2012

LIQUIDACION DE INVIERNO

LA CORTE CIERRA UN CASO CONTRA MONTONEROS Declaró prescripta la opción de investigar La Corte Suprema de Justicia consideró que está prescripta y definitivamente concluida la posibilidad que tiene el Estado de investigar un ataque que cometió la organización Montoneros a un edificio de la Policía Federal. El hecho ocurrió en julio de 1976, cuando una bomba estalló en el edificio de Coordinación Federal de la fuerza, ubicado en Moreno 1417. El explosivo estalló a las 13.20 en el comedor del edificio y murieron 23 personas. La medida beneficia a quien fue el jefe de esa organización, Mario Firmenich; al periodista Horacio Verbitsky, y a Laura Silvia Sofovich, Marcelo Kurlat, Miguel Angel Lauletta, Norberto Habegger y Lila Victoria Pastoriza, que habían sido acusados por el ataque. El fallo lleva las firmas de los jueces Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte; Elena Highton de Nolasco; Juan Carlos Maqueda, y Raúl Zaffaroni, que se limitaron a declarar inadmisible el recurso presentado por las familias de las víctimas. Todos los tribunales inferiores habían coincidido en considerar prescripto aquel hecho, con lo cual cerraron la investigación. Los querellantes argumentaban que "un crimen de lesa humanidad es un ataque sistemático y organizado contra una población civil" y que en el Estatuto de Roma, que consagró internacionalmente el concepto, "no hay nada que exija que sólo el Estado puede cometer tales crímenes". Pero la Justicia rechazó ese criterio. El recurso ante la Corte Suprema fue promovido por el abogado José María Sacheri. El alto tribunal, sin entrar a analizar el fondo, declaró inadmisible el recurso y dejó firme el fallo, con lo cual la Justicia no podrá volver a investigar este asunto. ------------------------------------------------------------------- ARCHIVAN LA CAUSA RUCCI POR NO SER DELITO DE LESA HUMANIDAD La Justicia entendió que el crimen fue cometido por Montoneros y no es imprescriptible Por Hernán Cappiello | LA NACION La Justicia concluyó que es altamente probable que el ex líder de la CGT José Ignacio Rucci haya sido asesinado por un grupo armado de la organización Montoneros, pero entendió que el homicidio no puede ser tipificado como de lesa humanidad y, por lo tanto, no es imprescriptible. En consecuencia, decidió archivar el expediente. La decisión fue tomada por el juez federal Ariel Lijo, luego de que en 2008 reconoció a la diputada del peronismo disidente Claudia Rucci, hija del asesinado, como querellante. La mujer incorporó nuevas pruebas en la investigación, reunidas en el libro del periodista Ceferino Reato, titulado Operación Traviata, que sostiene la idea de que Rucci fue ejecutado por Montoneros. Lijo reabrió la causa -que ya había sido archivada tres veces- e investigó nuevamente el asesinato cometido el 25 de septiembre de 1973. Tras la nueva investigación, concluyó: "Por un lado, existen elementos que me permiten afirmar la sospecha de que en la decisión de llevar adelante el hecho participaron miembros de la agrupación Montoneros, como así también las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y, por otro lado, determinadas características comprobadas me llevan a afirmar que, en definitiva, pareciera ser que más que una autoría directa del crimen -o decisión de su ejecución- por parte de Montoneros se trató de una asunción estratégica de su materialidad". El juez descartó en su fallo de 123 carillas la hipótesis de que el crimen de Rucci fue ejecutado y decidido por la Triple A, como surge en los primeros cuerpos del expediente. Una vez que entre todas las hipótesis el juez estableció que la más firme, de acuerdo con sus investigaciones de los últimos cuatro años, es la de Montoneros, entendió que el tiempo transcurrido lleva a que el homicidio se encuentre prescripto. En ese sentido, analizó las razones por las cuales no puede considerarse un crimen de lesa humanidad y, por lo tanto, imprescriptible. Entendió que si bien Montoneros tenía el objetivo de quedarse con el poder, y contaba con los medios para realizar las acciones, no tenía un dominio territorial para ser considerado un grupo estatal. Lijo criticó la investigación de Reato al sostener que algunos datos no se corroboraron, como la existencia de un departamento de la avenida Juan B. Justo al 5700, usado como base de operaciones. "La investigación presentó varios puntos carentes de sustento fáctico, si de ella se pretende adquirir un valor epistémico que sirva a la investigación penal", escribió Lijo. Reato admitió que supo a último momento que el dato era falso, pero igual lo incluyó en el libro y no lo rectificó en su testimonial, le reprochó el juez. El magistrado sostuvo que el crimen fue "exclusivamente político". Rucci fue asesinado de 25 balazos el 25 de septiembre de 1973, cuando salía de su vivienda de la avenida Avellaneda 2953, en Flores, y él y su custodia fueron atacados durante 15 minutos con armas de fuego y explosivos desde una casa vecina donde se infiltraron los autores. El crimen fue conocido como Operación Traviata -una analogía con esa marca de galletita que tenía 23 agujeritos- y se enmarcó en la disputa que en aquella época tenían Juan Domingo Perón y Montoneros. Mario Firmenich visitó el día del crimen la redacción de la revista El Descamisado, en la que asumió que el asesinato lo había cometido su organización. Además en las ediciones de junio y julio de 1975 de la revista Evita Montonera-Revista Oficial de Montoneros, se publicó que Rucci fue "ajusticiado" por esa organización por la matanza de Ezeiza, cuando regresó Perón al país. El juez sostuvo que las constancias de la causa "parecieran indicar que la toma de decisión del asesinato fue dispuesta por unanimidad por los miembros de la Conducción Nacional de Montoneros, integrada por Firmenich, Roberto Quieto, Marcos Osatynsky, Fernando Vaca Narvaja, Horacio Mendizábal, Roberto Perdía, Rodolfo Galimberti, Norma Esther Arrostito, María Antonia Berger y Clemente Yager. Pero no encontró elementos para describir cómo bajó la orden, se planificó y ejecutó. Sobre el planteo de la participación del gobierno bonaerense en la logística del asesinato, lo que justificaría la intervención estatal y que el caso sea visto desde otra óptica, Lijo señaló: "Las constancias obrantes en la causa no permiten acreditar la utilización de recursos estatales en la planificación del atentado". Para el juez, el crimen fue por el enfrentamiento de Montoneros con la "burocracia sindical", que la agrupación identificaba con el líder de la CGT. LA HIJA ANTICIPÓ QUE VA A APELAR LA DECISIÓN "Sentimos que el juez nos dijo: tienen razón, pero marche preso", afirmó la diputada Claudia Rucci al evaluar la resolución de Ariel Lijo. Anunció que van a apelar el archivo de la causa porque entienden que "hay suficientes elementos que confirman la participación en el crimen de por lo menos un área del Estado, en ese entonces a cargo de un dirigente de Montoneros. La organización era parte del gobierno. Estaba en el Estado. Cuando ocurrió este crimen en democracia, no eran un grupo clandestino". La hija de Rucci dijo: " Vamos a continuar nuestro reclamo de justicia en las instancias nacionales e internacionales que nos queden, porque ningún crimen debe quedar impune".. ---------------------------------------------------------------------- El kirchnerismo festeja hoy el Día del Montonero Organizaciones oficialistas recordarán en Hurlingham a Fernando Abal Medina; la izquierda realizará otro homenaje Por Lucrecia Bullrich | LA NACIÓN El kirchnerismo más puro le pondrá este año su sello al Día del Militante Montonero, con un acto al que convocó para hoy, a las 18, en la localidad bonaerense de Hurlingham. El homenaje no estará exento de polémica, ya que varias organizaciones de izquierda, enfrentadas con el Gobierno, realizarán en el mismo lugar, pero a las 14, su propia celebración. En la esquina de las calles Villegas y Potosí, las organizaciones alineadas con la Casa Rosada recordarán a Fernando Abal Medina y a Gustavo Ramus, líderes de la organización guerrillera, que el 7 de septiembre de 1970 cayeron muertos allí, donde funcionaba el Bar La Rueda y hoy hay una farmacia, tras enfrentarse con la policía. Del homenaje a los "caídos en combate", como se los describe en el afiche de la convocatoria, participarán el Movimiento Evita, de Emilio Pérsico (flamante subsecretario del Ministerio de Agricultura); la agrupación Kolina, que conduce la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; la Tupac Amaru, de Milagro Sala; Nuevo Encuentro, el espacio de Martín Sabbatella, y la agrupación Negros de Mierda (NDM), de estrecho vínculo con La Cámpora, entre otras. Como ocurre ya con otras actividades y celebraciones relacionadas con los derechos humanos y el pasado reciente, el homenaje kirchnerista no será el único. A las 14, en la misma esquina de Hurlingham, a metros de la estación de trenes de William Morris, recordarán a los dirigentes montoneros el Movimiento Teresa Rodríguez (MTR), Organizaciones Libres del Pueblo (OLP), el Movimiento Peronista Auténtico (MPA) y Quebracho, entre otras agrupaciones de izquierda. "Los actos no se contradicen, se complementan. No tenemos ningún problema en cruzarnos. Son todos compañeros", buscó minimizar Fernando Esteche, líder de Quebracho, en diálogo con LA NACION. Sin embargo, enseguida planteó que el kirchnerismo "ha incurrido en contradicciones importantes" y "está en una sintonía política de dinámica proselitista" que su agrupación no comparte. Más directo, Adrián Eslaiman, concejal de Hurlingham por Nuevo Encuentro, admitió que el acto en el que estará su partido "es el de las organizaciones del campo nacional y popular que están más en sintonía con el proyecto que lidera Cristina Kirchner", aunque también intentó mostrarse conciliador. "No tenemos problema con las otras organizaciones y tranquilamente podríamos participar de los dos homenajes", dijo. También cerca de Pérsico negaron que exista tensión. "No hay inconvenientes. Incluso, vamos a mandar nuestros saludos al otro acto", afirmaron. Abal Medina (tío de Juan Manuel, el actual jefe de Gabinete) y Ramus, además de Mario Firmenich, entre otros dirigentes de Montoneros, estuvieron al frente del operativo de secuestro de Pedro Eugenio Aramburu, el 29 de mayo de 1970. La estancia de la localidad de Carlos Tejedor en la que el ex presidente de facto estuvo cautivo y fue asesinado pertenecía a la familia Ramus. Considerados tanto por kirchneristas como por no kirchneristas, "arquetipos del mártir montonero", Abal Medina y Ramus tendrán hoy su homenaje. Y por partida doble.

domingo, 13 de mayo de 2012

EDITORIAL DE LA NACION

Valioso debate por la verdad completa y la concordia Reconocer los errores y crímenes cometidos por los sectores en lucha durante el Proceso contribuirá a superar odios y divisiones Convocados por la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia, participaron el lunes pasado de un panel seis personas con actuaciones antagónicas o diferentes, relacionadas con la violencia de la década del setenta. En la mesa se sentaron dos ex guerrilleros, uno del ERP, Jorge Masetti; otro de Montoneros, Luis Labraña; dos militares que participaron en la lucha antisubversiva, Emilio Nanni y Rodolfo Ritcher; una hija de desaparecidos, Eva Donda, y otra de un militar secuestrado durante el copamiento del cuartel de Azul y muerto por el ERP, Silvia Ibárzabal. El debate fue seguido por más de 600 asistentes en la sala Borges de la Feria del Libro. Hubo opinión coincidente entre los panelistas así como entre los asistentes de que el debate fue un aporte positivo al reconocimiento de la verdad, y de los errores y crímenes cometidos de ambos lados. Todos coincidieron en que así se contribuye a encontrar los espacios para la concordia y para superar odios y divisiones que atan a un pasado y que impiden el esfuerzo común que el futuro reclama. Los dos ex guerrilleros expresaron con franqueza que habían tomado las armas para matar o morir y que su objetivo era llevar la revolución al poder. Les era indistinto tanto enfrentar a un gobierno de facto como a uno constitucional. En su momento, ellos justificaron la violencia contra las personas y las instituciones en pos de instaurar una dictadura marxista en la Argentina. El modelo cubano estaba en la conducción y en el propósito de aquella lucha. De hecho, Masetti, hijo de un famoso guerrillero de los sesenta, había sido criado en Cuba y desde los servicios de inteligencia de Fidel Castro planificaba y daba apoyo a los movimientos guerrilleros latinoamericanos. Desde allí participó en el apoyo militar a la guerra angoleña y también desde allí fue enviado al ERP en la Argentina. Sus palabras no dejaron lugar a dudas del carácter de aquella guerra revolucionaria, con ejércitos organizados y apoyados desde el exterior que atacaron al Estado argentino. Los militares del panel mostraban sobre sus propios cuerpos el saldo de su participación en la lucha. En ambos casos fueron heridos en enfrentamientos abiertos, uno en la selva tucumana, el otro en la defensa de La Tablada. Por esos hechos deben enorgullecerse y así lo expresaron; no obstante, asumieron en sus reflexiones los crímenes de la guerra en el otro frente: el de la clandestinidad y el de las desapariciones. Así como el ejército argentino se enfrentó valientemente respetando las reglas de la guerra cuando el oponente tomó la forma de la guerrilla rural o atacó unidades militares, también se encontró con un conflicto diametralmente distinto frente al terrorismo urbano. Fue el desborde de las organizaciones armadas en este tipo de teatro de operaciones lo que llevó al extremo su desafío en contra del Estado y de la sociedad. Esto motivó en 1975 la convocatoria de un presidente constitucional a las Fuerzas Armadas para asumir la defensa que esa sociedad reclamaba. Pero el método elegido para responder a aquel clamor no fue el que correspondía. La represión fuera de la ley no puede justificarse alegando su legitimidad porque se actuó en defensa de las instituciones, ni por la efectividad y rapidez buscada en los resultados, ni por el carácter clandestino del atacante. Tampoco alcanza la excusa del antecedente fallido de la Cámara Federal en lo Penal, desmantelada por un gobierno constitucional asociado a la guerrilla y con el lamentable acompañamiento de buena parte de la clase política. La acción del Estado y sus fuerzas armadas nunca debió apartarse de la ley, o en su caso de los códigos de justicia militar. Las recientes revelaciones de Jorge Rafael Videla sobre la metodología aplicada y sus razones sólo dejan espacio para el más absoluto rechazo, aunque tal vez puedan contribuir a que toda la verdad emerja a la superficie y a partir de allí ambos bandos hagan reconocimiento pleno de sus culpas, y se avance hacia la concordia. Los militares participantes en el panel defendieron con fundamento la acción de las Fuerzas Armadas, aunque también reconocieron los errores cometidos y se lamentaron por ellos. Quedó claro para todos los panelistas que no cabe la aplicación de la justicia a sólo uno de los bandos de aquella guerra. Se dijo que esto suena a venganza más que a justicia y que de esta destructiva confrontación no se sale con una justicia asimétrica, apoyada en la declaración de imprescriptibilidad y de lesa humanidad sólo para los crímenes de la represión. Las exposiciones de Masetti y de Labraña dejaron en claro el carácter internacional y organizado de las fuerzas irregulares atacantes a las que pertenecían. Esto deja fuera de toda duda, de acuerdo con la jurisprudencia internacional, que les alcanza también la tipificación de crímenes de lesa humanidad. Las alternativas hacia adelante son: darle la simetría faltante a la persecución judicial extendiéndola a los ex guerrilleros y de esa forma seguir revisando el pasado, o superarlo y mirar hacia adelante. El camino sugerido por los panelistas fue el de la superación. Las palabras finales de Labraña fueron: "O trabajamos todos juntos o desaparecemos como sociedad"..

martes, 20 de marzo de 2012

La militancia

La militancia
Por Rolando Hanglin | Para LA NACION

Cuando oigo hablar de "La Militancia" en tono heroico, recuerdo mis catorce años, y las circunstancias en que escuché esa palabra por primera vez.

Me encontraba en segundo año del Colegio Nacional de Buenos Aires.

El primer año había sido de deslumbramiento: como chico chico provinciano de Ramos Mejía, me encontraba ante caras, situaciones, códigos, personalidades, completamente desconocidos. Fui buscando mi lugar en ese nuevo contexto: un colegio histórico, más antiguo que el país donde yo había nacido, y prestigiado por el hecho de que numerosos próceres, presidentes, gobernadores, ministros, escritores, científicos, habían estudiado en ese mismo Colegio, con sus legendarios seis años de Latín.

La nómina de ex-alumnos y su figuración histórica era completamente abrumadora, para nosotros, que dimos el peliagudo examen de ingreso siendo chiquilines de doce años. Manuel Belgrano, Carlos Pellegrini, Carlos Saavedra Lamas, Marcelo Torcuato de Alvear, Bernardo Houssay, Agustin P. Justo, Angel Gallardo, Aristóbulo del Valle, Carlos Ibarguren, Guillermo Rawson, Jorge Taiana. José Nicolás Matienzo, Nicasio Oroño, Roque Saenz Peña. Hoy podrían agregarse otros nombres, tal vez más explosivos: Carlos Corach, Mario Firmenich, Gustavo Ramus, Martín Lousteau.
Mi lugar en el mundo vino a ser, en principio, el equipo de fútbol de la séptima división.

Tal vez este relato sirva para significar lo que la Militancia es, y lo que no es
Pero, en segundo año, conocí a un grupo de alumnos que me fascinó. Pertenecían al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR Praxis) encabezado por un profesor universitario, llamado Silvio Frondizi, hermano del entonces presidente de la Nación. Mis nuevos amigos me llevaron a presenciar las charlas del profesor, a quien llamaban simplemente Silvio, o "El Viejo".

Las salas de conferencias, en la Universidad de Buenos Aires, estaban abarrotadas de jóvenes intelectuales. Frondizi, un digno caballero a la antigua, disertaba con gran estilo sobre la época por venir: la Globalización, que él venía pronosticando desde 1950 con el nombre de Integración Mundial del Capitalismo.

Me fui alejando de mis compañeros futbolistas e hice lo imposible para que estos nuevos amigos me aceptaran.

Al cabo de algunos meses, mi nueva pandilla y yo habíamos adoptado el hábito de "naufragar", es decir reunirnos durante toda una noche y permanecer sin dormir hasta las siete -hora de ir al colegio- lo cual nos parecía una arriesgada forma de libertad, con algo de clandestino y rebelde. Charlábamos horas y horas, sin parar, para conocer a fondo nuestras almas. No había alcohol, ni drogas, ni sexo: sólo conversación entre adolescentes varones.

Gracias a aquel grupo de cuatro mocosos, yo conocí la Militancia y formé parte de ella.

El Movimiento tenía una estructura interna que yo desconocía, ya que estaba compuesto por células independientes entre sí, al modo trotskista. Cada uno debía elegir su "nom de guerre", que siempre era una sola palabra, fácil de memorizar y esencialmente española. Por ejemplo: "Cuevas", "Bilbao" u "Omar".

Nosotros éramos "cuadros". No afiliados, no simpatizantes, no partidarios de una cierta tendencia política. No: cuadros

Los afiliados a este grupo ultra-secreto pertenecíamos a dos categorías. Uno era "activista" al ingresar y luego, con más experiencia, lo ascendían a "militante". Entre "El Viejo" y los "militantes" flotaba un grupo joven, de talento indiscutido, llamado "El Equipo Móvil".

En aquel entonces, es decir 1960, no existía la insurgencia armada. Yo nunca tuve un arma, y mis amigos tampoco. Éramos estudiantes secundarios. La guerrilla todavía no había echado raíces en la Argentina. Pero soñábamos con una gloriosa Revolución, realizada por auténticos Obreros como los que dibujaba el artista Carpani, musculosos y de facciones indígenas. Nunca pasó por nuestras cabezas la idea de que una verdadera revolución social se iniciaría con el fusilamiento de nuestros propios padres, que eran destacados miembros de la burguesía comercial, profesional, industrial y agropecuaria.

En el fondo, no pensábamos que aquella cosa pudiera suceder, pero vivíamos en un mundo inofensivo de fantasías heroicas.

Nosotros éramos "cuadros". No afiliados, no simpatizantes, no partidarios de una cierta tendencia política. No: cuadros. Cada uno de nosotros debía ser una encarnación del Hombre Total. Conversábamos en una jerga extraña, mezcla de marxismo, existencialismo y psicoanálisis, con gotas de Erich Fromm y Franz Fanon. Naturalmente, Fidel Castro y Ernesto Guevara eran nuestros ídolos. Concurríamos cada viernes al cine "Lorraine" de la calle Corrientes, donde daban filmes de Akira Kurosawa y otros genios ininteligibles.

Para ser un Hombre Total (en embrión) había que cumplir varios requisitos.

Primero: uno debía formar pareja. No se trataba de tener novia, ya que "novia" era una palabra burguesa y retrógrada, signo de un ridículo minuet que conducía al repulsivo matrimonio. Tener pareja, o sea mantener una relación de pareja, equivalía a hacer el amor. Por ese motivo, todos nosotros nos las ingeniamos para apalabrar a alguna chiquilina de 14 años, de modo que se acostara con nosotros en algún sitio oculto (corría el año 60) cuando teníamos apenas 16.

Segundo mandamiento: el Hombre Total debía hacer terapia para "resolver sus contradicciones". Por eso todos los muchachos íbamos al psicoanalista, a la terapia de grupo, incluso a las sesiones de ácido lisérgico. Era imprescindible someterse a una terapia. Yo concurrí a muchos psicólogos de variada escuela, para desconcierto y angustia de mis padres: "¿Qué tenés, qué te pasa?" preguntaban. Yo deambulaba de uno a otro licenciado, siempre aburrido y sin saber qué decir.

Tercer Mandamiento: el militante debía "militar". Es decir: desarrollar una actividad concreta a favor de la causa, en el marco de una organización y a las órdenes de una autoridad "correcta" y con la necesaria "jerarquía". Estas palabras, pronunciadas con solemnidad, nos aceleraban el corazón. Uno podía militar en el frente "barrial" o en el frente "estudiantil", o incluso en un frente "internacional". Pero lo más glorioso y auténtico era militar en el frente obrero. Entre los trabajadores de piel oscura, llenos de odio y de vida. Ese era "el lugar" adecuado para militar.

Naturalmente, yo también lo hice. Entré a "militar" en un frente "obrero" llamado Villa Insuperable. No era exactamente una villa miseria, sino una barriada humilde. Por ejemplo, las calles estaban correctamente delineadas, y algunas con asfalto. En determinado momento, iniciamos un trabajo denominado "entrismo", que consistía en acudir como "militantes sociales" para sumarnos, un poco misteriosamente, a las sociedades de fomento y otras organizaciones populares. En nuestro caso, participamos de un Movimiento Pro Agua y Luz en la Villa.

No recuerdo el cómo ni el cuándo. Se nos dio la consigna de visitar a los vecinos para convocarlos a una manifestación popular, reclamando servicios sanitarios y eléctricos. Casa por casa, golpeábamos las palmas en reclamo de algún criollo que aceptara ser adoctrinado. Esto se hacía siempre los domingos, para encontrar al jefe de familia. Además, nosotros íbamos al colegio de lunes a viernes.

Salía a la puerta, pues, un señor Palma, o Santillán, o Gauna, o Aguirre, o Hidalgo. Le mostrábamos el panfleto, le explicábamos lo apremiante de la situación y lo incitábamos a concurrir a la manifestación, con saña, con rabia, con indignación. El criollo nos miraba y prometía: "Sí, mi amigo, cuenten nomás con un servidor, yo voy a ir.."

Fatigamos aquellas calles grises y nos embarramos los zapatitos Gomycuer durante muchos fines de semana, robándole horas al estudio, a la compañera o al tenis. En nuestros delirios preliminares, disponíamos de 80 manifestantes aguerridos, incluso armados hasta los dientes. Descontando aquellos veinte que pudieran encontrarse borrachos en el momento del asunto, y otros diez con problemas personales, como una gripe o una hija violada, estábamos convencidos de contar con cincuenta obreros, a cual más negro y explotado. Así lo comunicamos a nuestro "militante", que procedió a alquilar un camión. Se trataba, más bien, de un viejo Rastrojero. Pero, en nuestros sueños, imaginábamos un verdadero Scania colmado de fervorosos obreros peronistas, y nosotros mezclados entre ellos. Con banderas y palos amenazantes.

Llegó el día del Acto. Un sábado. El Rastrojero pasó a buscarnos por Plaza Once y marchamos hacia Villa Insuperable, que estaba por el lado de La Matanza. Cuando fue la hora señalada (16:00) sumábamos siete personas en la caja de la furgoneta: seis estudiantes del Nacional y un marinero paraguayo, afiliado al Partido Comunista, posiblemente equivocado de citación, que se había trepado muy serio, con su mejor traje, camisa blanca y corbata al tono.

¡Qué desilusiones nos daba el proletariado!

En otra ocasión, logramos reunir a un buen grupo de vecinos en una casa de barrio. No se trataba del estadio clamoroso que nosotros soñábamos, ni un descampado miserable, ni un socavón entre las chozas, no. Sencillamente, una casa de barrio, donde la patrona había acomodado cerca de veinte sillas. Y allí se manían, un toco tiesos, unos cuantos vecinos, dispuestos a reclamar, con bastante furia, el agua y la luz que el país no les daba. Infiltrados entre ellos, nos encontrábamos nosotros, los militantes y activistas, dispuestos a captar cualquier contradicción para "profundizarla" y elevar el nivel de conciencia, hasta generar una auténtica .¡Conciencia de clase!.

Uno de los vecinos se puso de pie y dijo su breve discurso. Era don Nicola, un inmigrante recién llegado de la Calabria, que necesitaba más luz y mejor agua para su verdulería. El hombre habló con energía, los mofletes inflamados: "Il siñore Segba.¿Qué se pensa que siamo noialtri? ¿Siamo basura, siamo un pezzo di merda? ¡Ma non, siñore Segba, siamo seres humano!".

Alarmado, comenté al oído de mi compañero activista: "Este tano no tiene ni idea, cree que Segba es un señor." Obviamente, don Nicola se refería a los Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires. Segba.
- No tiene importancia, compañero. Es un militante de base. No tiene jerarquía, pero milita desde su lugar.

Así comencé a captar la idea: "Militante de Base". Nada que ver con un "cuadro".

Un día se nos dijo, en nuestras reuniones de catecúmenos, que el Movimiento estaba a punto de "sacar un Documento". Transcurrieron semanas, y luego meses. Cada tanto, nos preguntábamos:

- Che.¿Qué pasa con el documento?
- Lo están elaborando. Parece que va a tener mucha jerarquía.
- Ah, bueno.

Finalmente, se nos hizo llegar el Documento. Era un llamamiento político de dos carillas. Se imprimió con gran esfuerzo en los mimeógrafos y las simulcop de aquel entonces.

Un día, entré a mi casa (en Galileo y Copérnico, dentro del barrio llamado La Isla, Palermo Chico) con grandes paquetes de volantes.

Mis padres estaban de viaje, en Europa. La Tía Cándida se encontraba a cargo de mi persona y la de mis hermanas.

-¿Qué son esos papeles?- preguntó.
-Nada, cosas del Movimiento- respondí.
-¡Otro número! Espero que no me saques canas verdes- concluyó mi tía Cándida.

Llegó el viernes a la noche y nos reunimos, en el hall de la terminal ferroviaria Retiro, cuatro activistas y un militante: sin hablar, nos repartimos las resmas de impresos. Cada uno se dirigió a un rincón diferente del inmenso salón, donde miles de personas discurrían apuradas, en busca de su tren a los suburbios.
Yo envolví el fajo de panfletos en el brazo izquierdo, respiré hondo, tomé un volante y me dirigí al primer individuo que se me cruzó.
-Oiga señor, estamos distribuyendo este llamado a la revolución.
El tipo me miraba con impaciencia. No llegó a responder. Una mano firme me tomó del brazo. Dí la vuelta y me encontré con el rostro cansado de un viejo oficial.
-Policía Ferroviaria, acompáñeme- murmuró, mostrando una credencial.
Y así caímos presos en la Terminal de Retiro-Mitre. Los cinco "cuadros".

En aquella comisaría, había algunas prostitutas, algunos borrachos y otros seres oscuros que posiblemente fueran delincuentes en serio (¡no revolucionarios!) de modo que el comisario tuvo la bondad de sentarnos en la sala de espera. Lógico: éramos niños de familia educada, y menores de edad.

Me pidieron el número de mi casa. Llamaron a la Tía Cándida. Luego supe que, asustada, la tía había arrojado todas las copias del Documento por el incinerador. Así destruyó un esfuerzo de propaganda inédito, y retrasó la revolución socialista varios años.

Como mis viejos estaban de viaje, la tía no encontró mejor recurso que llamar a un amigo de mi padre, el empresario Pastor Oscar Magdalena, quien acudió a la comisaría y le preguntó al jefe: "¿Cuántos tractores hay que dejar a cambio de estos rehenes?".
-Nada, señor, lléveselos.
El chiste de Magdalena venía a cuento de que, en aquel entonces, después de la invasión a Bahía de los Cochinos, Fidel Castro exigía a los americanos un tractor por cada prisionero que devolviera al imperialismo yanqui.
En fin. Todo bastante cómico.

Aquella fue la época en que yo escuché hablar, por primera vez, de cuadros, militancia, activistas, jerarquía, contradicciones y ese tipo de cosas.

Diez años después, la vida había pegado un salto mortal.

Mi padre se había suicidado. El gran piso de Galileo y Copérnico se vendió.

Los activistas y militantes pertenecían a nuevas organizaciones, en cuyo seno se habían fusionado los católicos tercermundistas, los nazifascistas de Tacuara y la GRN, los comunistas, los social-cristianos, los "troskos", y muchos jovencitos que acudían en procura de "algo nuevo", convocados por el asesinato del ex-presidente Pedro Eugenio Aramburu.

Así es: la violencia excita. La agresión contagia.

El sentido del humor y el amor por la libertad empezaban a extinguirse. Todo transcurría en secreto, con armas, con explosivos, con una pasión por la aventura que clausuró todas las opiniones dubitativas. La idea no era pensar, sino obedecer, combatir, matar, morir. Y todos aquellos jóvenes se volcaban a la acción del brazo de su "compañera", muchos con hijos chicos. Por eso, a partir de 1976, cualquier parejita joven, con niños, a bordo de un Citröen, era altamente sospechosa.

De tanto "militar", llegaron los militares.

De más está decir que Silvio Frondizi, el digno profesor, fue asesinado. Alguien muy enterado, al ver mi congoja por la muerte de aquel hombre, me dijo al oído que, en las organizaciones terroristas, ostentaba el grado de "coronel". Nunca lo creí. Silvio no era así.

En fin, todo este capítulo lo ví desde muy lejos: tenía una casa en Sitges, sobre el Mediterráneo, y una familia con dos hijos. Me importaba traducir un mínimo mensual de quinientas cuartillas, del inglés o francés al castellano, a razón de 100 pesetas la cuartilla, para pagar la olla de judías y la damajuana de vino tempranillo, que era -en aquel entonces y en aquel bendito país- más barato que el agua.

Así fue como pasó el 60 y llegó el 70.

Por esas cosas del destino, mi carrera en "La Militancia" empezó a los 14 años y terminó a los 17, antes de que estallara la violencia. Supongo que, de no pegar este viraje, yo habría terminado donde tantos otros, que no se sabe dónde terminaron.

Quiero dedicar este artículo a todos mis condiscípulos del Buenos Aires: Mario Mactas, Juan Manuel y Fernando Abal Medina, Pablo Gerchunoff, Néstor Luis Lynch, Carlos Mario "Tacho" Adano, Charly Frondizi, Mariano Garreta, Carlos Chaneton, Carlos Fernández Ortiz de Rosas, Luis Stuhlman, Luis Aznar, Guillermo Ondarts, Adolfo Cambiaso, el Gordo Richaud, el Flaco Alba, Alberto Diez, Carlitos Stefani, Alejandro Biderman, Jorge Laverne, Rubén Caletti, Pascual Albanese, Carlos Tarsitano, Jorge Lewinger, Hugo Ferdman, José Eliaschev, Raúl Scari, Luis María Bandieri, las hermanas Eva y Marcela Zylverberg, Irene Israelit, Gustavo Ruprecht , Graciela Schwartz, Hugo Esteva, Felipe Solá, y muchos otros que en este momento no recuerdo.

Todos nosotros vimos de cerca cómo aquella cosa nacía y se desarrollaba, hasta convertirse en un matadero inexplicable.

Tal vez este relato sirva para significar lo que la Militancia es, y lo que no es..

martes, 21 de febrero de 2012

Un terrible error de juventud

La violencia revolucionaria de los años 70 y su actual reivindicación
Un terrible error de juventud
Por Julio Bárbaro | Para LA NACION

Alguien inventó una supuesta teoría según la cual hubo en el país una violencia asesina y nefasta y otra revolucionaria y digna de todo respeto. Las dos violencias -la revolucionaria y la represora- son parte de un pasado sobre el que se fue imponiendo una mezcla de amnesia y de dolor que, a partir de una justa condena, termina en una absurda reivindicación.

Estas cosas son parte, además, de un discurso del que somos rehenes, donde casi el único espacio legítimo está dado por el hecho de haber participado en la violencia revolucionaria de los años 70 (o, en su defecto, por aplaudir a los que lo hicieron).

Allí el número de los desaparecidos no puede pronunciarse en vano, como si el mito fuera tan sólo una exageración de la verdad. La justa crítica a la demencia represora se revierte en adulación a la supuesta víctima, que termina siendo un héroe trágico sin culpa alguna que lavar.

Estoy inmerso en este debate debido al papel que me tocó jugar en esa época y al absurdo de que terminen siendo ellos, los revolucionarios, los herederos de un peronismo al que desprecian.

Jamás participé ni me relacioné siquiera con los represores, no eran mi mundo ni dejaron nunca de ser mis enemigos. Pero la violencia surgió en mi grupo y se desarrolló en mi espacio: me casé en el 68, y más de la mitad de mis invitados fueron víctimas de esa represión. Ayudaban en misa Norberto Habegger y Horacio Mendizábal, quienes junto con Oscar De Gregorio me regalaron parte de mi luna de miel. Esos tres amigos fueron centrales en la violencia y caminan buena parte del libro Recuerdos de la muerte , de Miguel Bonasso. Una foto de nosotros cuatro cenando con la madre del sacerdote Camilo Torres me recuerda los prolegómenos de aquellas guerras.

Todo se inició con el golpe de Onganía y La noche de los bastones largos: destruir la Universidad implicó impulsar a la juventud hacia la violencia, que pronto se transformó en una práctica de la que me negué a participar.

La discusión fue ardua y se fue volviendo agresiva. Sostuve siempre que no se trataba de una cuestión de valentía, sino tan sólo de enfrentar al sistema en su lugar de mayor fortaleza.

Quedamos amigos, pero separados. Con dos de ellos me seguí viendo siempre, aun en sus peores momentos, hasta en el Mundial de fútbol del 78, cuando ya casi nadie aceptaba el riesgo de frecuentarlos.

El tiempo resolvió aquella disputa entre violencia y democracia. La resolvió sin dejar dudas, y no se necesita negar el resultado para salvar la dignidad y el heroísmo de sus víctimas.

Fuimos muchos los que enfrentamos aquella práctica violenta, y teníamos razón. Lo importante no es que nos lo reconozcan como personas. Lo imprescindible es que aquello, que tuvo mucho de demencia, no termine ocupando, en el relato que hereden nuestros hijos, el lugar de la sublime rebeldía.

Nadie deja de respetar la dignidad y valentía sin límites de las madres y abuelas de los desaparecidos. Pero debemos tener cuidado, porque no es en el amor de los deudos donde explican y encuentran razón las propuestas de sus hijos. Si los jefes responsables de aquella demencia están vivos y no tienen nada que aportar es debido a la pobreza ideológica de aquella causa.

Son decenas los sucesos que viví en aquellos tiempos. Tantos, como silencios guardo de dolores y fracasos, errores y también traiciones. En el exilio o en el retorno, muchos valientes en la guerra no estuvieron presentes cuando había que ayudar al amigo necesitado o herido, sobreviviente de la contienda.

Fui casualmente el diputado electo que más tiempo compartió con los presos en Trelew, ni siquiera pude asumir y jurar con mis compañeros al estar ocupado en los viajes de traslado de esos detenidos a esta Capital.

Participé en el velatorio clandestino de Fernández Palmeiro, herido de muerte por el custodio de Hermes Quijada.

Somos muchos los que no acompañamos la violencia, mientras nos mantuvimos amigos y solidarios con esa entrega en la que no encontrábamos coincidencia ideológica.

Por eso defiendo la posición del general Perón cuando enfrentó la violencia con la lucidez que nos hubiera ayudado a evitar esa confrontación; no por el sólo hecho de mantenerme fiel a aquel oficialismo, sino por el daño enorme que implica reivindicar ahora el error que nos llevó a tanto dolor.

La condena a la violencia, el abrazo y encuentro con Ricardo Balbín y la convocatoria a la unidad nacional son ya patrimonio indiscutible de nuestra sociedad. Nada hay más retrógrado que negar la validez de ese aporte.

El encuentro casual entre el pragmatismo de la presidenta Cristina Kirchner y los sobrevivientes de aquella gesta no es un detalle político: implica una peligrosa reivindicación de los errores del pasado con el solo propósito de encontrar culpables en los casuales enemigos del presente.

La violencia pudo haber encontrado justificación durante la dictadura, pero fue un grave error su ejercicio en democracia. Los vericuetos de la historia hicieron que el verdugo, con sus uniformados y sus mandantes, perdiera su derecho a existir por la atrocidad de la represión que ejerció. Pero no es allí donde la violencia encuentra su justificación, ni remotamente ésa la consecuencia buscada.

Jamás olvidaré las palabras de aquel guerrillero que, en plena dictadura, me dijo en charla mesurada: "Se necesita mucha sangre para que se acorten los tiempos". Era mi amigo del alma y estaba comprometido con sus palabras. Errores que se pagaron con demasiadas vidas, donde muchos eligieron el riesgo de la muerte, al asumir el camino equivocado.

Nunca fui parte de la violencia como miembro asumido de esa causa, pero de los amigos presentes en mi casamiento religioso, más de la mitad perdió la vida por ella. Compartí demasiadas etapas sin ser otra cosa que un simple amigo de aquellos con los que no coincidía, desde mi exilio hasta mi secuestro; todo fue simple consecuencia de esa amistad. Los militares asesinos pensaban que quien no estaba con ellos coincidía con sus enemigos, y algunos revolucionarios intentaron opinar algo parecido.

Cada tanto me vuelvo a encontrar con algunos de los más duros de aquellos tiempos y pasamos horas rodeados de recuerdos, de momentos sublimes y también de agachadas, siempre con tantos ausentes, como si tuviéramos más de 100 años. Pero seguimos enamorados del debate, aunque ninguno hace la autocrítica.

Eso sí, supimos crear entre unos y otros un ejemplo de mundo solidario. No habremos llegado al socialismo, pero al menos intentamos ser dignos de ocupar el espacio de buenas personas. Son heroicos los que entregaron sus vidas por la noble causa de recuperar la justicia para los que menos tienen, pero con la misma vehemencia hay que decir que estamos obligados a cuestionar el error aquellos que, de una u otra manera, pudimos sobrevivir a esa demencia.

Son demasiados los que participaron del sacrificio y se mantienen en silencio con la conciencia de haber sido leales a sí mismos.

Recuerdo la noche en que el maravilloso Tuly brindaba en la mayor pobreza por sus 40 años. Levantó la copa y dijo: "Este es mi segundo exilio y yo nunca fui gobierno".

Detrás de tanta hojarasca hay miles de militantes dignos que transitan la madurez en silencio. Respetar a los desaparecidos es tan importante como insistir en el error de sus ideas. A los héroes los define la entrega; a la política, el acierto. Y la historia sólo vale cuando se somete al rigor de la verdad.

Ellos soñaron y lucharon por un mundo mejor, cumplieron dignamente la obligación de toda juventud. Ahora es el tiempo del consejo sabio a los hijos. Aclarémosles a ellos que la entrega fue un regalo de la vida y la violencia, un terrible error de juventud.

© LA NACION
El autor, politólogo, fue responsable del Comfer.

domingo, 5 de febrero de 2012

97 FRASES INOLVIDABLES

"NOVENTA Y SIETE FRASES QUE NO DEBES OLVIDAR"...De guerrilleros asesinos y políticos y personalidades desmemoriados...
INFORMADOR PÚBLICO


1.- “Mi hermana no era una chica ingenua quien peleaba por el boleto estudiantil. Ella era toda una militante convencida. En el departamento donde cayó se guardaba el arsenal de la UES de La Plata”. Jorge Falcone - Montonero, sobre el tema de la famosa “noche de los lápices” y la muerte de su hermana Claudia, montonera (la UES, Unión de Estudiantes Secundarios, era el brazo de Montoneros en las escuelas secundarias).

2.- “Tenemos que derrotarlos. No tenemos que olvidar lo que pasó. Si estamos aquí es porque no nos han vencido”. Estela de Carlotto, presidente de “Abuelas de Plaza de Mayo”.

3.- “El ejército Montonero aniquila!!”. Parte de Guerra, 29/6/1977.4.- “Nos equivocamos. Debimos matar a López Rega y no a Rucci”. Miguel Bonasso (alias “Cogote”), Oficial Montonero, hoy Diputado Nacional.

5.- “El General Videla me dio una excelente impresión. Se trata de un hombre culto, modesto e inteligente. Me impresionó la amplitud de criterio y la cultura del Presidente”. Ernesto Sábato - Escritor y ex-Presidente de la CONADEP.

6.- “Creo que para lograr la patria socialista vamos a tener que matar a no menos de un millón de personas.” - Roberto “Roby” Santucho, Comandante en Jefe del ERP, a su hermano Asdrúbal, oficial del ERP.

7.- “El objetivo perseguido por estos grupos minoritarios es el pueblo argentino, y para ello llevan a cabo una agresión integral. La decisión soberana de las grandes mayorías nacionales de protagonizar una revolución en paz y el repudio unánime de la ciudadanía, harán que el reducido número de psicópatas que va quedando sea exterminado uno a uno por el bien de la República.” - Juan Domingo Perón, Presidente de la Nación (julio, 1973).

8.- “Es imprescindible por encima de todo mantener vivo nuestro odio y aumentarlo hasta el paroxismo. Odio como factor de lucha, odio intransigente al enemigo, odio capaz de llevar al hombre más allá de sus límites naturales y transformarlo en una fría, selectiva, violenta y eficaz máquina de matar.” - Ernesto “Che” Guevara, guerrillero internacional, asesino y genocida.

9.- “Cuidado con sacar los pies del plato, porque entonces tendremos el derecho a darles con todo. No admitimos la guerrilla” - Juan Domingo Perón, Presidente de la Nación, (Agosto, 1973) a los líderes de montoneros.

10.- “Nosotros no queríamos un régimen democrático en la Argentina. Nos proponíamos un Estado socialista y estábamos convencidos de que un Estado socialista sólo podía ser conquistado por la fuerza de las armas” - Luis Mattini (alias de Arnoldo Kremer), segundo jefe del ERP.

11.- “Nosotros creíamos que tirándole al “viejo” [Perón] un fiambre sobre la mesa íbamos a poder negociar en mejores condiciones” - Mario Firmenich, Comandante de Montoneros, septiembre de 1974 (sobre el asesinato de Ignacio Rucci, Secretario General de la CGT).

12.- “Hacían falta armas para Tucumán, nosotros queríamos formar una fuerza militar capaz de derrocar al poder real.” - Enrique Gorriarán Merlo, Oficial del ERP, sobre el ataque a la guarnición de Azul en enero de 1974.

13.- “El aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que anhelamos una patria justa, libre y soberana.” - Juan Domingo Perón - Presidente de la Nación (enero, 1974).

14.- “Nosotros vamos a proceder de acuerdo con la necesidad, cualesquiera sean los medios. Si no hay ley, fuera de la ley también lo vamos a hacer violentamente. Porque a la violencia no se le puede oponer otra cosa que la propia violencia.” - Juan Domingo Perón - Presidente de la Nación (octubre 1973), con relación a la guerrilla.

15.- “Obviamente Montoneros tenía un objetivo, la construcción del socialismo, y este objetivo no tenía nada que ver con el objetivo que tenía Juan Perón.” - Miguel Bonasso, alias “Cogote”, oficial montonero y hoy diputado nacional.

16.- “Verbitsky participó en un episodio militar que en su momento conmocionó al país, el atentado con explosivos al Edificio Libertador cuyos resultados fueron catastróficos ya que no hubo víctimas militares, sino civiles inocentes.” - Juan Manuel Zverko, montonero, en declaración judicial.

17.- “Es determinación del Gobierno no dejar de hacer absolutamente nada de lo que esté dentro de nuestras facultades y nuestro poder de decisión, hasta alcanzar su más completo exterminio.” - Tomás Vottero, Ministro de Defensa (diciembre, 1975, con referencia a la guerrilla).

18.- “General, ¿van a dar el golpe? Si van a hacer lo que yo pienso, háganlo lo antes posible.” - Ricardo Balbín, Unión Cívica Radical al General Videla (diciembre, 1975).

19.- “Si las Fuerzas Armadas vienen a poner orden y estabilidad, bienvenidas sean!” - Jorge Antonio, dirigente justicialista (20 de marzo, 1976).

20.- “Las Fuerzas Armadas no hicieron más que aceptar un pedido general, tácito y/o expreso, de la ciudadanía para encarar con su intervención una crisis de supervivencia de la Nación que las instituciones formales y las organizaciones civiles demostraron ser incapaces e impotentes de resolver.” - Jorge Paladino, Secretario General del Partido Justicialista (mayo, 1976).

21.- “La tortura es una anécdota. Cualquiera es capaz de torturar en una situación extrema. Si ellos hubieran peleado con el Código bajo el brazo, perdían la guerra.” - Rodolfo Galimberti, Oficial Montonero.

22.- “La delación es el óxido que destruye una organización clandestina. Si no existiera la posibilidad de la delación, no sería posible destruir una organización clandestina.” - Mario Firmenich, Comandante Montonero.

23.- “Habrá habido alguno que otro desaparecido que no tenía nada que ver; pero la inmensa mayoría eran militantes y la inmensa mayoría eran montoneros. A mí me hubiera molestado muchísimo que mi muerte fuera utilizada en el sentido que un pobrecito dirigente fue llevado a la muerte.” - Mario Firmenich, Comandante Montonero (marzo, 1991).

24.- “Coincido con Videla. Fue una guerra.” - Mario Firmenich, Comandante Montonero.

25.- “Los subversivos no son delincuentes sino combatientes, integrantes de un Ejército Revolucionario del Pueblo, alzado en armas en rebelión abierta, en operaciones; en síntesis, fue una guerra.” - Raúl Alfonsín, ex-Presidente de la Nación.

26.- “General, el país necesita un baño de sangre para purificarse.” - Ernesto Sábato, escritor, ex-presidente de la CONADE, al General Videla , mayo, 1976.

27.- “Necesariamente ha de coincidirse en que la privación de la libertad impuesta al beneficiario de este recurso encuentra su legitimidad en la misma Constitución Nacional indudablemente reformada por el Estatuto para el Proceso de Reorganización Nacional, el que constituye una norma de idéntica jerarquía que la contenida en el art. 23 de aquélla, en cuanto faculta al Poder Ejecutivo Nacional para arrestar personas a su exclusiva disposición, en tanto las circunstancias excepcionales por las que atraviesa el país así lo aconsejen.” - Julio Strassera, Fiscal Federal nombrado por la Junta Militar el 23 de abril de 1976 y luego Fiscal en el Juicio a los Comandantes, al rechazar un recurso de habeas corpus presentado por los familiares de Jorge Cepernic (Montonero) detenido por el Gobierno Militar.

28.- “Para nosotras la legalidad no existe. Ni siquiera pagamos impuestos.” - Hebe de Bonafini, presidente de “Madres de Plaza de Mayo”; entrevista en internet, enero 5, 2007.

29.- “Considerando: Que el país padece el flagelo de una actividad terrorista y subversiva que no es un fenómeno exclusivamente argentino”; “... Que tal internacionalización dificulta en gran medida la total represión del terrorismo y el proceso de pacificación argentino, lo que exige tomar medidas tendientes a ese objetivo.” - Considerandos Decreto 2452/75 del Poder Ejecutivo Nacional de proscripción de la banda Montoneros.

30.- “Bueno... nosotros también teníamos que matar a alguien.” - Hebe de Bonafini, presidente de “madres de plaza de Mayo”, al disertar sobre la fuga de Trelew (1972) de jefes terroristas y en respuesta a un alumno primario que le hizo notar que en la huída habían matado a un guardia cárcel.

31.- “Mi tarea ese día consistía en atravesar todo Buenos Aires trasladando en un “rapiflet” el mimeógrafo y un abultado paquete de originales de “Evita Montonera” hasta una parroquia de la calle Estomba. Tiempo después el grupo de sacerdotes que me recibieron, conocidos hoy como víctimas de la intolerancia religiosa, sumaron sus nombres a la vasta nómina de mártires montoneros” - Ernesto Jauretche, oficial primero montonero, Revista “3 Puntos”, 20/04/2000, sobre los sacerdotes palotinos muertos en Belgrano.

32.- “Los pueblos tenemos el derecho a la violencia si queremos una revolución. Ya lo dijo Fidel: una revolución sin armas no es una revolución, es una cagada. El pueblo estará feliz cuando la revolución esté en marcha.” - Hebe de Bonafini (26/06/2003).

33.- “Nuestra estrategia consiste en la toma del poder por el pueblo a través de la lucha armada. Este objetivo presupone previamente la eliminación de las organizaciones políticas, económicas y administrativas del régimen y el aniquilamiento físico de sus fuerzas de represión.” Montoneros, “Manual de Táctica Urbana”.

34.- “Tira mierda contra todos como si él meara agua bendita.” - Rodolfo Galimberti, oficial montonero, refiriéndose a Horacio Verbitsky, alias “el perro”, oficial montonero.

35.- “Tu hijo fue un guerrillero y tenés que estar orgullosa de eso!” - Hebe de Bonafini a otra “madre de Plaza de Mayo” que sostenía que su hijo “no había hecho nada”.

36.- “Es verdad; formábamos parte de una organización que mataba y ponía bombas.” - Miriam Lewin, montonera, luego periodista de investigaciones de Canal 13, a quien su propio padre calificó de “puta y guerrillera”.

37.- “El 17 de junio volví a entrar a la casa. A las 18:40 horas pedí permiso para ir al baño donde puse en marcha el mecanismo de tiempo de la bomba. Después entré al dormitorio de los padres de María Graciela y la coloqué debajo de la cama, del lado que ocuparía el Jefe de Policía. Pero al salir volví sobre mis pasos y la corrí un poco hasta ubicarla justo donde apoyaría la cabeza; a ver si todavía fallaba!” - Ana María González, 18 años, terrorista montonera, al relatar a una revista española el asesinato del General Cesáreo Cardozo.

38.- “... 1.- Que reitera su más terminante repudio a la violencia criminal que está asolando el país con diversas formas de terrorismo y guerrilla en perjuicio de toda la población; intimidación pública; atentados domiciliarios y callejeros, a menudo causantes de víctimas inocentes; asesinatos de miembros de las Fuerzas Armadas, de Seguridad y de Policía; ejecuciones masivas, sistemáticas y sádicas de civiles; asaltos insensatos a unidades militares, con una espantosa secuela de víctimas.” - Declaración de la Cámara de Diputados de la Nación tras el asalto al Regimiento 29 de Infantería de Formosa por Montoneros (28 muertos); Diario de Sesiones 1974, pág. 4920.

39.- “Nadie puede ya dudarlo. La guerra revolucionaria se ha generalizado en la Argentina. Todo el país está en guerra y se trata de una guerra total y en todos los dominios.” - Roberto Santucho en “Estrella Roja”, publicación oficial del ERP, 1975.

40.- “El único y verdadero terrorismo es el que se ejerce desde el Estado.” - Hebe de Bonafini, presidente de “madres de Plaza de Mayo”.

41.- “La inmensa mayoría de los argentinos rogaba casi por favor que las fuerzas armadas tomaran el poder. Todos deseábamos que se terminara ese vergonzoso gobierno de mafiosos” - Ernesto Sábato, escritor, ex -presidente de la CONADEP, tras la asunción del Gobierno Militar en marzo de 1976.

42.- “A la clase obrera y al pueblo argentino: Comunicamos que en el día de la fecha la Unidad Levit-Rubel de la Compañía Guillermo Pérez del ERP procedió a cumplir la orden de ajusticiamiento del Director de la fábrica de carrocerías Fiat Concord, Ingeniero Pedro Rota” - Parte de Guerra del ERP, 04/05/1976.

43.- “Tuvimos actitudes soberbias, como cuando le entregamos la lista de ministros a Cámpora y a Perón.” - Nilda Garré, montonera, actual Ministra de Defensa de la Nación, ex-concubina de Juan Manuel Abal Medina, fundador de montoneros.

44.- “El primer objetivo de la revolución popular en el continente es la toma del poder mediante la destrucción del aparato burocrático-militar del Estado y su reemplazo por el pueblo armado para cambiar el régimen social y económico existente. Dicho objetivo es solo alcanzable mediante la lucha armada.” - De la Declaración Final de la Reunión de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), La Habana, Cuba, 1967. Firmaron por Argentina: John William Cooke, Roberto Quieto, Norma Arrostito, Fernando Abal Medina. Asistieron todos los jefes máximos de las posteriores guerrillas terroristas ERP y Montoneros.

45.- “Llegado el año 1969, el movimiento, aprovechando toda su experiencia de lucha, comienza a pasar a la ofensiva. Es el comienzo de la guerra por el poder” - Publicado en “Cristianismo y Revolución” de septiembre de 1971, órgano de prensa de Montoneros, dirigido por el montonero Juan García Elorrio.

46.- “Para ir destruyendo paulatinamente la fuerza oponente se necesita construir un ejército popular de carácter regular. Ese es el objetivo al que se dirige la iniciación de la guerrilla rural. La actividad de ésta debe asegurar la existencia de unidades que disputen el terreno y logren, en determinado lapso, la existencia de bases de apoyo y posteriormente zonas liberadas.” - Revista “El Combatiente”, órgano oficial del ERP, junio de 1974.

47.- “Tu hermana y vos eran montoneros convencidos? Sí. Nadie nos usó y nadie nos pagó. No fuimos perejiles como dice la película de Héctor Olivera, que yo mismo asesoré hasta done pude. Fuimos a la conquista de la vida o la muerte.” - Pregunta de la periodista montonera Viviana Gorbato y respuesta de Jorge Falcone, montonero, sobre él mismo y su hermana Claudia Falcone, montonera, muerta en la llamada “Noche de los Lápices”.

48.- “Cuando se dio la película, yo fui llevado en andas con Pablo Díaz, el sobreviviente, del cine al Obelisco. Allí dije que mi hermana estaba en la clandestinidad con documento trucho, que respondía a una orgánica revolucionaria. Esto puso a todos nerviosos. No querían escuchar esas cosas. Mi hermana no era una Caperucita Roja a la que se tragó el lobo. Era una militante revolucionaria.” - Jorge Falcone, montonero, hermano de Claudia Falcone, sobre el día del estreno de la película “La Noche de los Lápices” de Héctor Olivera

49.- “El cobarde asesinato constituye un acto de salvajismo perpetrado por las fuerzas apátridas e integradas por cobardes mercenarios que atentan contra la Patria y su pueblo”. - Comunicado Conjunto del Comando Superior Justicialista y del Consejo Nacional Justicialista, tras el asesinato del Gral. Cáceres Monié y su esposa por montoneros (diciembre, 1975).

50.- “Los partidos Unión Cívica Radical, Revolucionario Cristiano, Popular Cristiano, Línea Popular, Comunista, Socialista Popular, Intransigente y Socialista Democrático, manifiestan su más enérgica protesta a estas acciones y en especial su condenación al hecho incalificable de la muerte del Gral. Cáceres Monié y su esposa”. - Declaración Conjunta tras el asesinato de los nombrados por montoneros (diciembre, 1975).

51.- “Perón perdió la serenidad y se colocó sin simulaciones a la cabeza de la cruzada contrarrevolucionaria, haciendo de la lucha antiguerrillera el centro de la política gubernamental” - Roberto Santucho, comandante en jefe del ERP, en Revista “El Combatiente”, órgano de prensa del ERP (30/1/74).

52.- “Se Formó la Junta Coordinadora Revolucionaria, Integrada por el ERP de Argentina, Tupamaros de Uruguay, el ELN de Bolivia y el MIR de Chile.” - Título de la Editorial de la Revista “El Combatiente”, órgano de prensa del ERP, firmada por Benito Urteaga, oficial del ERP (13/2/74).

53.- “Es auspicioso que el primer acto que realizamos sea para restablecer el pleno ámbito de la libertad en la Argentina y para contribuir a la pacificación nacional”. Fernando de la Rúa, senador nacional y luego Presidente de la República, al votar la extemporánea Ley de Amnistía el 27 de mayo de 1973, tras la asunción presidencial de Cámpora, y que liberó a los terroristas presos en Devoto.

54.- “Si uno se preocupa por las vidas no hace política. Hacer política es preocuparse por el poder, no por las vidas.” - Mario Firmenich, Comandante de Montoneros.

55.- “El guerrillero urbano no es un mero espectador agazapado en la especulación de los hechos sociales y políticos, sino que su misión radica también en sabotear la producción para ayudar al proceso de deterioro económico general.” - “Minimanual del Guerrillero Urbano” de Carlos Marighela, terrorista brasilero; lectura obligatoria de los miembros de ERP y Montoneros.

56.- “Las modalidades de acción que el guerrillero urbano puede llevar a cabo son las siguientes: asaltos, incursiones o invasiones, ocupaciones, emboscadas, táctica de calle, huelgas, robo de armas y municiones, rescate de presos, ajusticiamientos, secuestros, sabotajes, terrorismo, propaganda armada y guerra de nervios.” - “Minimanual del Guerrillero Urbano” de Carlos Marighela, terrorista brasilero fundador de la Alianza de Liberación Nacional (ALN), grupo guerrillero urbano que operó en Brasil.

57.- “El compañero ametralladorista remata con un tiro a la cabeza, retorna al auto. Inmediatamente, el compañero le dispara a quemarropa un escopetazo y otro tiro de gracia con un revólver calibre 38”. - Parte de Guerra del ERP, “Ejecución de Oficialidad Enemiga”, 1/12/74, sobre el asesinato del Capitán Humberto Viola en Tucumán.

58.- “Se ha olvidado en el extranjero que cuando los militares argentinos lanzaron su campaña contra el terrorismo en marzo de 1976, la sociedad y el Estado estaban al borde del colapso, que el terrorismo comenzó al final del año 1961 y había alcanzado proporciones que hacen aparecer los secuestros en Alemania Occidental y los disparos a las piernas de Italia como juegos de niños contra la sociedad.” - De un Artículo publicado en el diario “Times” de Londres sobre la situación argentina, noviembre de 1977.

59.- “Hoy a la mañana fui a La Tablada. Quienes estuvimos allí asistimos a un espectáculo estremecedor. Era una pesadilla. La muerte. Otra vez la muerte. La brutalidad, la barbarie. A cada metro encontramos expresiones tangibles de la dimensión de la agresión que había sufrido no solo un regimiento, sino el conjunto de los argentinos.” - Raúl Alfonsín, Presidente de la Nación, 24/1/89, tras el ataque al Regimiento 3 de Infantería Mecanizada con asiento en La Tablada por una coalición de terroristas (Movimiento Todos por la Patria) liderados por Enrique Gorriarán Merlo (ERP) y el abogado Jorge Baños fundador del CELS y denunciante ante la CONADEP.

60.- “No quiero flores para mis hijos. Que vayan para los soldados y policías, ellos se las merecen ...” - Ángel Horacio Luque, padre de dos guerrilleros muertos en el ataque terrorista al Regimiento de La Tablada; enero de 1989.

61.- “Lo importante es dar al Movimiento los elementos teóricos y prácticos que, mediante el desarrollo de la violencia revolucionaria, nos conduzca a la toma del poder.” - Revista “Cristianismo y Revolución”, Nro. 13, abril de 1969; publicación dirigida por Juan García Elorrio, ex-seminarista y montonero.

62.- “En su primera etapa, la lucha armada será esencialmente una guerra civil, y se irá transformando, paulatinamente, en una guerra esencialmente antiimperialista.” - Acta del IV Congreso del PRT (brazo político del ERP), 25/2/68).

63.- “Perón es un bonapartista, nacionalista y fascista, y el movimiento peronista un engaño para el pueblo.” - Roberto Mario Santucho, comandante en jefe del ERP.

64.- “La guerra popular debe ser total, nacional y prolongada. Presupone la destrucción del Estado capitalista y de su ejército como hechos previos a la toma del poder por el pueblo.” - Revista “Cristianismo y Revolución”, dirigida por Juan García Elorrio, ex seminarista y montonero (Nro. 28, 1971).

65.- “La guerra del pueblo implica la organización de un ejército del pueblo que, llevando a cabo la metodología de la guerra revolucionaria, se plantea un objetivo político: la toma del poder.” - Documento Político Nro.1 de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), grupo terrorista que se fusionó luego con Montoneros.

66.- “Nuestra guerra revolucionaria es una guerra nacional, es una guerra popular de masas que se asienta sobre dos elementos militares principales: la lucha armada en el campo, con sus características de guerra de guerrillas primero y de movimientos después, y la lucha armada en las grandes ciudades, con un desarrollo que a partir de acciones de recuperación y resistencia llega a operaciones de aniquilamiento.” - Resolución del V Congreso del PRT-ERP, 30/7/70.

67.- “El Gobierno que el Dr. Cámpora presidirá representa la voluntad popular. Respetuosos de esa voluntad, nuestra organización no atacará al nuevo gobierno mientras éste no ataque al pueblo y a la guerrilla. Nuestra organización seguirá combatiendo militarmente a las empresas y a las fuerzas armadas contrarrevolucionarias.” - Comunicado público del ERP tras la elección nacional de 1973 que designó a Héctor J. Cámpora como Presidente de la República Argentina.

68.- “Nuestra estrategia sigue siendo la guerra integral, es decir la que se hace en todas partes y por todos los medios con la participación de todo el pueblo en la lucha y utilizando los más variados medios de acción, desde la resistencia civil, pasando por las movilizaciones, hasta el uso de las armas.” - Comunicado conjunto de Montoneros y las FAR (9/6/1973), menos de un mes después de la asunción del gobierno constitucional de Héctor J. Cámpora.

69.- “Estos errores son producto de un ensoberbecimiento aristocrático de la guerrilla, que la caracteriza como guerrilla anti-pueblo.” - Carlos Mujica, sacerdote “tercermundista”, con referencia al asesinato por montoneros del Secretario General de la CGT José Ignacio Rucci (23/7/1973) dos días después de la elección nacional que consagró a Juan Perón como Presidente de la República en lugar de Héctor J. Cámpora.

70.- “El aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que deseamos una patria justa, libre y soberana, lo que nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos decididamente en la lucha a que dé lugar.” - Juan D. Perón, Presidente de la Nación, enero de 1974, respecto de la guerrilla terrorista.

71.- “Siempre pensé en mis hijos como guerrilleros y revolucionarios con gran orgullo. Si el museo no va mostrar cómo fue esa organización revolucionaria, las luchas que se libraron, los hechos que se realizaron, no sirve.” - Hebe de Bonafini, presidente de “madres de Plaza de Mayo”, con relación al “Museo de la Memoria” que se prevé instalar en el predio de la ESMA.

72.- “Porque allí, como ustedes lo habrán visto por alguna comunicación que habrá obtenido ayer alguna agencia de noticias, se pretendía hacer creer que se estaba en vísperas de un golpe y que esto se hacía para salvar a los argentinos de un golpe. Esta es una patraña, una novela.” - Raúl Alfonsín, Presidente de la Nación, a periodistas sobre el ataque al Regimiento 3 de Infantería de La Tablada por guerrilleros del Movimiento Todos por la Patria (MPT), enero 1989.

73.- “No podemos negar que muchos de nuestros hijos estaban en la revolución armada y me parece sano que yo lo diga, hay algunos que lo niegan, porque cada vez estoy más convencida de que tenían razón.” - Hebe de Bonafini, presidente de madres de Plaza de Mayo.

74.- “El alevoso asesinato del Secretario general de la CGT, señor José Ignacio Rucci, a pocas horas del pronunciamiento masivo de la ciudadanía por la reconstrucción nacional y la convivencia en paz, es la respuesta criminal de quienes -al servicio de oscuros intereses antipatrióticos- han resuelto entorpecer mediante la violencia, el proceso de liberación en curso.” - Raúl Lastiri, Presidente Provisional de la Nación, tras el asesinato por Montoneros de José Ignacio Rucci (Operación “Traviata”) en septiembre de 1973.

77.- “Un crimen tremendo tiene en luto a toda la República. El Secretario General de la CGT ha caído en una emboscada y ha sido presa de las balas criminales.” - Antonio Tróccoli, diputado por la UCR, en la sesión de la Cámara del 27 de septiembre de 1973, con relación al asesinato de José Ignacio Rucci por Montoneros.

78.- “La inmensa mayoría de los presos políticos que poblaban las cárceles de la dictadura militar eran combatientes de las organizaciones guerrilleras.” - Miguel Bonasso, alias “Cogote”, oficial Montonero, en su libro “El Presidente Que No Fue”.

79.- “El paso dado por los militares da comienzo a un proceso de guerra civil abierta que significa un salto cualitativo en el desarrollo de nuestra lucha revolucionaria.” - Roberto “Roby” Santucho, Comandante en Jefe del ERP, tras la toma del poder por los militares en marzo de 1976; la guerra civil, ya se había iniciado en 1970 por la guerrilla del ERP y antes por Montoneros y otros grupos terroristas (FAR, FAP, Descamisados).

80.- “El 2 de julio, a las 12:30 horas, explotó un artefacto de alto poder en el comedor del personal de la Superintendencia de Seguridad Federal, sito en la planta baja del edificio de Moreno 1417, Capital Federal. Como consecuencia de la explosión es de lamentar el fallecimiento de 18 personas y 66 heridos, 11 de estos de suma gravedad.” - Comunicado del Comando del Cuerpo de Ejército I, 3/7/76. El atentado fue realizado por Montoneros con la activa participación del “periodista” Rodolfo Walsh, montonero.

81.- “Ahí está la guerrilla -por qué vino y quién la trajo?- poniendo al país en peligro y encendiendo una mecha en el continente americano. ... Se conjugan los movimientos de las Fuerzas Armadas Argentinas, esas importantes fuerzas argentinas. Las que soportaron todo. Las que enterraban a sus muertos y hablaban de las instituciones del país. Esas fuerzas armadas que no vi nunca, están ahí defendiendo y sufriendo, ayer nomás, el atentado brutal, sumado a otros atentados.” - Ricardo Balbín, Presidente de la UCR, tras el atentado con 20 kilos de “trotyl” al Edificio Libertador del 15 de marzo de 1976, comandado por el oficial montonero Horacio Verbitsky, hoy periodista y asesor del Presidente Kirchner.

82.- “El pueblo trabajador no puede convalidar procedimientos repudiables para dirimir diferencias políticas, así como tampoco legitimar revanchismo y odios. Ante la convicción de hallarnos frente a una provocación de inspiración foránea, tanto en sus formas como en sus propósitos, es necesario que los sectores nacionales estrechemos filas para impedir que el caos que se pretende sembrar sobre el país, sea el campo propicio para las aventuras de quienes, sin reparar en medios, procuran resucitar las divisiones del pasado o de aquellos que tratan de imponernos formas de vida extrañas a nuestro sentir.” - Comunicado de la CGT referido al asesinato del Gral. Aramburu por montoneros (mayo, 1970).

83.- “Un comando intenta desarmar a un soldado de guardia en la Base Aérea Morón y al intentar éste disparar, es ultimado. Ante la muerte del soldado Luis N. Molina, el ERP lamenta el hecho y advierte a guardias y agentes que no deben resistirse.” - Revista “Estrella Roja”, órgano de prensa del ERP, 12/3/72.

84.- “La crianza de los hijos es una tarea común de la pareja y no sólo de la pareja, sino del conjunto de compañeros que comparten una casa. Cuando se habla de compartir en el seno de la casa común, no sólo la actividad político-militar, sino el estudio, el tiempo libre y las tareas comunes de la vida cotidiana, estas tareas deben incluir la crianza de los hijos de los compañeros que comparten la misma casa.” - “Cursillo de Iniciación del ERP”, para el ingreso a la organización terrorista.

85.- “Hicimos cosas monstruosas que tenemos que discutir. Las organizaciones guerrilleras eran verticalistas, no se podía desobedecer. Hubo casos en que oponerse a Firmenich o a Santucho era jugarse la vida.” - Miguel Bonasso, alias “Cogote”, oficial montonero; Reportaje de la revista “Gente”, 1998.

86.- “Lo impedimos para no tener miles de compañeros que andarían por el mundo rompiendo las pelotas.” - Roberto Cirilo Perdía, alias “Pelado Carlos”, comandante montonero, en respuesta a pregunta de Gregorio Levenson, montonero, sobre por qué impidieron poner a salvo a sus cuadros como se pusieron ellos (los jefes) en el exterior; “Montoneros: Final de Cuentas”, libro de Juan Gasparini, montonero, edición 1999, pág. 131.

87.- “Nos acusan de querer subvertir el orden de este continente, y nosotros efectivamente proclamamos la necesidad histórica de que los pueblos subviertan el orden establecido por el imperialismo, en América Latina y en el resto del mundo.” - Declaración del Comité Central del Partido Comunista Cubano, 18 de mayo de 1967.

88.- “Grupo 1: 1 FAL; 1 escopeta; 1 metralleta; 1 pistola Browning; 1 pistola Ballester 11,25; 1 revólver 38; 3 granadas. Grupo Apoyo: 1 FAL; 1 pistola Colt 11,25; 1 revólver 38; 2 granadas. Grupo Retención: 1 pistola 9 mm; 1 pistola 11,25.” - Parte de Guerra del ERP (Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez) sobre “Ejecución de Oficialidad Enemiga”, 1/12/74; informe pertinente al armamento utilizado en el asesinato del Cap. Humberto Viola y su hija de 3 años, en la ciudad de Tucumán, en el que participaron 11 terroristas guerrilleros.

89.- “En el día de ayer siendo las 19:30 horas aproximadamente, en el transcurso de un traslado de rutina del prisionero de guerra Tte. Cnel. Igarzábal, fue interceptado el vehículo en el que se lo transportaba por un control caminero de las fuerzas represivas en la intersección de las Avdas. San Martín y Donato Álvarez en San Francisco Solano, produciéndose un enfrentamiento que obligó a ajusticiar al detenido.” - Parte de Guerra del ERP, 20/11/1974.

90.- “Fusilamientos? Sí, hemos fusilado y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte.” - Ernesto “Che” Guevara, guerrillero y terrorista internacional, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, 11/12/1964.

91.- “La organización Montoneros tenía de 5.000 a 10.000 combatientes y milicianos. Sus simpatizantes eran muchos más.” - Libro “La Voluntad”, pág. 571, de Martín Caparrós, (montonero) y Eduardo Anguita (ERP), hoy “periodistas”.

92.- “La operación de Famaillá fracasó por un alcahuete que alertó al enemigo, quien rápidamente montó vigilancia en caminos vecinales que nosotros pensábamos emplear para la aproximación.” - Parte de Guerra del ERP durante la guerrilla rural en Tucumán, tras el frustrado ataque a uno de los Comandos del Ejército con asiento en Famaillá, 1975.

93.- “Se parte de la hipótesis de que la guerra, en la forma en la que la hemos planteado en 1975/1976, está perdida en el plano militar y que la derrota se corresponde en el plano político con el repliegue de las masas.” - Rodolfo Walsh, terrorista y oficial montonero, 2/1/77; publicado en Revista “Lucha Armada”, Nro. 5, 2/2006.

94.- “La vía para arribar al socialismo es la toma del poder mediante la lucha armada en sus formas de guerra de guerrillas, sabotajes y terrorismo.” - Conclusión del IV Congreso del PRT-ERP, marzo de 1968.

95.- “El terrorismo es un arma a la que jamás el revolucionario puede renunciar.” - Carlos Marighela, terrorista Brasilero, autor del “Minimanual del Guerrillero Urbano”.

96.- Nos acusan de pregonar el derrocamiento revolucionario de los gobiernos establecidos y nosotros, efectivamente, creemos que todos los gobiernos oligárquicos de gorilas con uniforme y sin uniforme, servidores del imperialismo y cómplices de sus crímenes, deben ser barridos por la lucha revolucionaria de los pueblos.” - Declaración del Comité Central del Partido Comunista Cubano, 18/5/1967.

97.- Deben rechazarse las tácticas comunistas ortodoxas de los frentes populares y de las vías pacíficas para acceder al poder.” - Régis Debray, periodista francés e ideólogo marxista internacional. Participante activo en la guerrilla en Latinoamérica como compañero del “Che” Guevara en su intento Boliviano previo a su muerte en 1967.

sábado, 14 de enero de 2012

El rencor lleva a la frustración

El rencor lleva a la frustración
Por Julio Bárbaro | Para LA NACIÓN

Algunos luchamos por un mínimo de coherencia, movidos por la idea de no terminar siendo a los 70 todo lo que repudiamos a los 20. Hay una cuota de rebeldía que es inherente a la dignidad, y un realismo que deambula entre la necesidad y la madurez.

En la juventud asignamos a las ideas una fuerza que las convertía en dueñas de las propias vidas. Luego el poder las fue carcomiendo y en demasiados casos terminaron sirviendo para justificar conductas y amoldarse a designios ajenos.

Entre la vida y los libros forjamos una mirada que podía estar más o menos condicionada por la necesidad o los principios. El dinero y las prebendas, los cargos y las ocupaciones debieron explicar a veces, justificando otras, las mil maneras de adaptarnos a la etapa.

No todo es material. Muchos, quizá demasiados, necesitan depositar su confianza en cada coyuntura como manera de tranquilizar sus conciencias. En rigor, no son distintos a otros que extreman sus críticas como si nada los conformara.

Entre el oportunismo exacerbado de beneficiarios reales o psicológicos y el resentimiento de otros que cultivan la queja sin imaginar la propuesta: entre esos dos mundos se mueve la percepción social de la política.

Siempre pensé que la percepción de las clases bajas era profundamente distinta de la visión de las medias. El peronismo, desde su origen, se encarna en los humildes, descamisados, enfrenta alpargatas con libros, logra un escaso apoyo de intelectuales y le cuesta superar sus límites de clase. En los años 70 las capas medias intentan el salto cultural que les permita acercarse a la clase baja que había forjado su propia identidad.

En rigor, el peronismo es una concepción cultural que enfrenta a otra. Ambos sectores tienen izquierdas, centros y derechas; las ideologías son simples instrumentos de dos concepciones de Nación. Aquel triunfo fue un gran avance en el forjado de la conciencia nacional.

Los pretendidos demócratas que producen el golpe serán responsables de violencias y proscripciones. Lo cierto es que el golpe genera la tragedia y desde ella se intenta explicar luego la historia del movimiento nacional.

Esto implica que las capas medias y universitarias se sentirían encargadas de interpretar y juzgar el comportamiento popular y recuperar, por la vía de los derechos humanos, un lugar y una lucidez que no les corresponde en la política.

En la conciencia de las capas medias se refugiaron los golpes convocando seguridades, el radicalismo con su aporte democrático y el menemismo, del que nada se puede recuperar. Como si la necesidad de creer los llevara a aceptar cada etapa con fe inocente y a juzgar luego sus consecuencias sin asumirse responsables.

El peronismo fue una etapa de la historia nacional que necesitamos superar. Claro que los no peronistas deben en principio asumir su impotencia por generar una alternativa donde el individualismo que profesan les permita reunir un universo de ideas superior al de los candidatos.

Y los que participan del Gobierno con votos logrados con el nombre y los rituales del peronismo deberían aceptar que lo importante es el sudor que hace la historia y no la tinta que se consume en su crítica.

Es hora de superar al peronismo, asumiendo sus aportes y ubicándolo en la complejidad de sus tiempos sin confundirlos con las facilidades del presente.

Resulta triste, casi patético, que quienes profesan la obediencia absoluta a las palabras de la Presidenta encarnen tanta liviandad y dureza para cuestionar la conducta de nuestro fundador. Como si la valentía sobrara para enfrentar a los muertos que carecen de defensa y los silencios se impusieran como lealtades necesarias en los favores del poder.

Hay un respetable pasado que fue la construcción de los humildes, de aquellos que llenaban las plazas sin necesidad de que nadie los convocara ni llevara en colectivos.

Esa historia merece el respeto de los que se sumaron en los 70, optaron por la violencia, y consideran que con sólo mentar al nefasto López Rega se liberan de los errores que cometieron y que tanto retroceso nos costaron como Nación.

En lo personal, me molesta el papel de defensor de una causa anclada en el pasado, pero mucho más me duele que desde adentro o desde afuera se la utilice como chivo expiatorio, cuando sin duda es el pedazo de historia del que más elementos tenemos para rescatar.

Perón eligió para sucederlo a Cámpora y a una juventud que no entendió el valor de la democracia y que lo enfrentó soñando que el poder estaba en la boca del fusil.

Desde el enfrentamiento por un palco cuando se tenía gran parte del gobierno hasta la renuncia a las bancas para cuestionar una ley inherente a toda democracia, nunca se terminó de asumir ayer el pragmatismo que se exagera hoy.

El error de Perón no fue López Rega. Fue confiar en una juventud que se equivocó ayer al expresar una rebeldía suicida y se vuelve a equivocar hoy al vivir una obediencia ilimitada.

Resulta absurdo imaginar alguna madurez si sólo nos dedicamos a buscar culpables fuera de nuestras propias responsabilidades. Pareciera que eligieron la violencia, y la culpa era de Perón. Jamás se asumió la derrota, como si ésta se justificara con las atrocidades del enemigo, y ahora se intenta echarles las culpas a los demás, bajo la batuta de personajes que no logran darle coherencia ni a su propio relato.

No ejerzo esta crítica con otro sentido que el de entender que se eligió un camino equivocado, y que se vuelve a transitar un proceso que lleva a la frustración.

El gobierno otorga un espacio de poder a sectores progresistas y de izquierda que están agradecidos y no esperaban esa consideración. Pero no son esos grupos y sus propuestas las que dirigen los rumbos políticos; sólo defienden un supuesto modelo que así como los integra a ellos deja fuera demasiados sectores de necesitados. Y sustituir al sindicalismo y a los cuadros peronistas por algunos que nunca fueron votados no es superación, sino retroceso.

Tomar a sectores triunfantes en las recientes elecciones, propios y ajenos, como enemigos de derechas e intentar a tan poco tiempo agredirlos con el fin de debilitarlos es fruto de una demencia más cercana al suicidio que a la revolución.

Se siembran odios mientras se sostienen personajes, gobernadores e intendentes, que actúan de leales a todos los poderes ya que sólo los seduce la renta que generan los cargos.

Con grandeza y humildad se puede gobernar y trascender; con fanatismos y rencores, sólo encarar el camino de una nueva frustración.

Es hora de enfrentar el enemigo de nuestra propia limitación; es el único responsable de nuestra impotencia.

Lo demás son excusas que ya no convencen a nadie.